Muchos querrán leer mi última carta.
Algunos por la simple curiosidad, otros para tener material para hablar sobre mi y lo sucedido, y unos pocos la leerán porque en realidad les importa.
Algunos por la simple curiosidad, otros para tener material para hablar sobre mi y lo sucedido, y unos pocos la leerán porque en realidad les importa.
¿Que quiénes van a entenderla? Me atrevería a decir que los contaría con una de mis manos y me sobrarían dedos. Casi todos van a juzgar mis acciones como persona, es tan fácil cuando juzgamos a otros y tan difícil intentar entender por qué las personas actúan como lo hacen, qué los lleva a ser así. Es fácil señalar y decirle a otra persona qué es lo que debe hacer, qué está bien hacer y qué no, al parecer para criticar todos estamos hechos, pero para recibir criticas no.
La sociedad descompuesta en la que vivimos, a veces me asquea. A la gente le hace falta más tolerancia, le hace falta más honestidad. Estamos viviendo una era en la que ser homosexual es un pecado capital, pero discriminar por ello es completamente normal. Las personas sueltan un motón de palabras filosas con su boca y esperan que ninguna de ellas hiera a otra persona. Esperan que sus burlas hacia a otros, sean tomadas como chistes y no como motivo de suicidio en algunos casos. Si alguien se suicida por presión social es juzgado como cobarde, pero quienes les hicieron tantas burlas a esa persona, quienes la orillaron a dejar la vida serán catalogados como "los más fuertes", porque así es la sociedad en la que ahora vivimos.
Mi última carta casi no habla sobre mi, para encontrar lo que todo esto tiene que ver conmigo hay que saber entender mensajes subliminales. Mi última carta no es más que una crítica a la sociedad en la que me ha tocado vivir, de la que soy parte. Es una crítica a esas personas intolerantes, que ni viven, ni dejan vivir, es una crítica a quiénes les ha gustado juzgar durante toda la vida como cobardes, pero no han sido valientes para vivir en carne propia lo que el otro si.
Mi última carta es un grito silencioso, en el que pido ayuda no sólo para mi y para todas las personas que han tenido una vida difícil y que saben lo difícil que es tener que luchar solo contra una multitud por tus ideales, sino también es un grito en el que pido ayuda por esta caótica y estereotipada sociedad, para que pueda ser sensibilizada; un poco menos juez, un poco más humana.
Daarlyn Perroni 🍃
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