05 junio, 2016

¿Libertad o soledad?

             Muchas veces decimos amar nuestra libertad, esa la cual nadie tiene derecho a arrebatarnos. Pero ¿hasta qué punto se confunde libertad con soledad

             Amamos vivir solos en casa, tener la libertad de estar sin ropa por las noches, de limpiar cuando queramos, de poner nuestra música favorita a todo volumen sin perturbar a nadie que esté durmiendo o que no le guste, de comer a la hora que queramos y de hacer lo que queramos hacer. Pero a las 3 de la mañana cuando te encuentras sumido en tus pensamientos tristes y necesitas abrazar o llamar a alguien y no hay nadie, ¿es libertad o es soledad? 

               Nos gusta sentirnos libres, no tener nadie a quién darle explicaciones de a dónde vamos, a qué hora volveremos, sí volveremos, con quién andamos. Pero al mismo tiempo no hay nadie que se preocupe si llegas bien a casa, si comes bien, qué has hecho en estos días, si estás bien o si estás mal. ¿A eso le podemos llamar libertad o soledad? 

                 Dichosos aquellos que puedan encontrar el punto medio entre ambos: tener a alguien que te haga compañía, que se preocupe por ti, que esté a tu lado pero que no te limite a ser como eres, que comparta las cosas que gustan a hacer y con quien puedas actuar como si estuvieras solo aunque no lo estés. A esto podemos llamarle libertad con todas sus letras, libertad en compañía, libertad que no ata, libertad que no prohibe, libertad de ser y estar, sin ser ni estar solo. LIBERTAD

                 Basta de confundir libertad con estar solos cada domingo en la noche, basta de llamar libertad a ese estado de no tener a quién decirle que estás mal y que necesitas que se preocupen por ti. Y sobre todo, basta de llamar soledad al pensamiento de que para ser necesitas alejarte del mundo. 
                     
                      Ama en libertad, deja que te amen en libertad. Que no te cohíban y sobre todo: que no cohíbas. La soledad no siempre es sinónimo de libertad, al menos no cuando estar solo te ata a la tristeza. 



Daarlyn Perroni 🍃