15 noviembre, 2017

Abril del 2015

Cuando me miró fijamente a los ojos por primera vez; me concentré en su mirada: tan fuerte y penetrante, sus ojos eran más claros de lo que imaginaba, sus labios eran carnosos y estaban sonriéndome. Sus cejas eran pobladas, perfectamente arqueadas, su piel era suave y su barba era imponente. Era algo más perfecto de lo que imaginé, acaricié su rostro para que mis manos lo grabaran, para que mi sentido del tacto no olvidara su textura. 


De vez en cuando me hacía la loca y veía a mi alrededor, tratando de escapar de su mirada pero, al voltearme, él continuaba ahí, viéndome... Nunca me habían mirado así: como se mira y admira el "arte".

Traté de no fingir, ni aparentar nada. No cohibí mis locas ideas, mis risas incontrolables, mi indiscreción, no sentí la necesidad de ocultar mi personalidad, mi desastrosa personalidad. Estoy segura que pensó que yo era una loca (me lo dijo varias veces esa tarde). Pero, ¡¡las mejores personas lo están!! (también se lo dije). "Me atraes, me encantas" era lo que quería decir, pero tal vez era demasiado pronto para hacerlo. Yo solo represento ese toque de locura y salvajismo que tal vez él necesite o tal vez no. ¿Quién lo sabe?  Solo sé que sin más lujos que una sabana en la grama, pude disfrutar de unas horas inolvidables. Si se repiten o no, no me importa. No usaré la lógica para describir ese momento, solo la locura.

Daarlyn Perroni 🍃

0 comentarios:

Publicar un comentario

Sea para debatir, opinar, halagar o simplemente expresar lo que sientes... ¡Tu comentario será bienvenido! Te leo.