24 abril, 2016

La primera y única vez que te tuve

Un solo día bastó para arriesgarme a quererte, como la lluvia a los tiempos de sequía, como el sol al amanecer, como tú a mí. Un solo día fue suficiente para encontrarme perdida en tu mirada, para meterte en mi mente a vivir y no permitirte nunca salir. Tan solo un día bastó para mirarte, para hablarte, conocerte, besarte y me ha llevado 365 días más para olvidarte, sin éxito.
Tus ojos marrones, tan marrones como el café y tan causantes de mis insomnios como el mismo. Tu mirada, tan enmarcada en esas cejas pobladas y en aquellas pestañas tan llamativas, tu mirada sobre mí, sugiriéndome ternura, proponiéndome aventuras. Tu sonrisa, tu sonrisa tan suave, tan simple y caben en ella un millón de palabras que no dices con la boca. ¿Cómo olvidar todos estos detalles? Aún y cuando sólo los tuve por una única vez, por unas únicas horas, son momentos y detalles que perduran para siempre, que se graban en mi mente, que morirán conmigo. 
La primera y única vez que te tuve, no me arrepiento de haberte tenido al menos por ese instante, aunque ese instante fuera corto, fue preciso y fue suficiente para durar para siempre. Aquella primera y única vez que te vi, aunque no fuiste mío, te tuve y aunque en realidad nunca te tuve, te perdí. Aquella primera y única vez que te tuve, es la primera y única vez que disfruté tanto de la compañía de alguien.Tú, yo, nosotros y nuestra primera y única vez.



Daarlyn Perroni 🍃

1 comentario:

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