Todos hemos conocido a una mujer de piedra: fría, dura y distante. ¿Alguna vez nos detenemos a pensar por qué esa mujer es así? ¿Nació así? ¿La hicieron así?
La mujer de piedra no siempre es fría, dura y distante porque así lo quiere, es solo el miedo a ser lastimada. No puedes acercarte a una mujer de piedra si tus intenciones no son amarla, entenderla y aceptarla.
No puedes pretender amar a una mujer de piedra si no vas a tener paciencia. Las mujeres de piedra no se dejan amar tan fácilmente y no ceden al primer intento. Las experiencias les han demostrado que ceder tan pronto solo trae caos, destrucción y desastre.
Nos hemos vuelto un poco egoístas con ellas, ya no nos tomamos el tiempo para tratar de entender sus personalidades, ya no queremos hacer los esfuerzos necesarios y ser esa gota que rompe con la piedra por su constancia. ¡Qué injustos somos! Nos hemos dedicado a señalar a las mujeres de piedra, a tacharlas de inhumanas y malvadas, y a rendirnos al primer intento en romperles la coraza.
En la foto: Daarlyn Perroni. Tomada por: Josué Sabogal. La Estancia, Altamira, Ciudad de Caracas. Septiembre del 2017. |
Alguna vez leí que "aquello que vale la pena, nunca será fácil." ¿Y si aquellas mujeres difíciles de entender, de amar y de aceptar son las que más valen la pena? ¿Quién nos dice que después de tanto esfuerzo por entenderlas no vamos a obtener una gran recompensa? Lo que muchos desconocen es que quien se queda hasta el final con una mujer de piedra y logra desnudarla, se ha ganado el cielo... Porque cuando una mujer de piedra se decide a amarte, te amará como jamás podrá hacerlo una de carne y hueso.
Llegué a la somera conclusión de que las mujeres de piedra son las que van a tener los sentimientos más puros y sinceros, porque son las únicas que no se atreverán a soltar un "¡Te quiero, cariño!" si realmente no lo sienten. No son capaces de soltar nada parecido al afecto, hasta que llegas a ganártelo.
Hay tantos tipo de mujer, como mujeres hay en el mundo. La sociedad cae en el error de creer que todas (o al menos la mayoría de ellas) serán cálidas, amables y amorosas de buenas a primeras. Es necesario entender que la personalidad o forma de ser, no solo de una mujer, sino de cualquier ser humano, va a ser distinta de acuerdo a cada individuo con el que interactúe. En otras palabras, dependiendo de los estímulos que utilicemos, veremos reacciones distintas: frías y distantes o cálidas y agradables.
En fin, hay tantas razones por las que una mujer (o cualquier persona) pudiera decidir ser de piedra: experiencias, reacciones, mecanismo de defensa y paren ustedes de contar. Lo importante es aprender a no juzgar de primer momento, a conocer y decidir si se tienen las ganas suficientes de adentrarse en el mundo de una mujer así.
Hay tantos tipo de mujer, como mujeres hay en el mundo. La sociedad cae en el error de creer que todas (o al menos la mayoría de ellas) serán cálidas, amables y amorosas de buenas a primeras. Es necesario entender que la personalidad o forma de ser, no solo de una mujer, sino de cualquier ser humano, va a ser distinta de acuerdo a cada individuo con el que interactúe. En otras palabras, dependiendo de los estímulos que utilicemos, veremos reacciones distintas: frías y distantes o cálidas y agradables.
En fin, hay tantas razones por las que una mujer (o cualquier persona) pudiera decidir ser de piedra: experiencias, reacciones, mecanismo de defensa y paren ustedes de contar. Lo importante es aprender a no juzgar de primer momento, a conocer y decidir si se tienen las ganas suficientes de adentrarse en el mundo de una mujer así.
Afortunados todos aquellos que se han enamorado de una mujer de piedra, y que además, han conseguido hacerla humana, han logrado ser el motivo por el cual alguien tan duro con el mundo, vuelva a creer en las cosas buenas y bonitas.
Daarlyn Perroni 🍃