No sabía lo que era enamorarse, hasta que me vi perdida amando tus defectos
Me enamoré de la forma en que te expresabas: a veces tan dulce, a veces amarga. De la forma en la que vives la vida, aquella en la que me enseñaste a vivirla: al extremo, desde el corazón, dejando a un lado la razón. Me enamoré y me enamoraste con tus manías, con tus rarezas, con cada pequeño imperfecto en ti que encontraba cada día más perfecto.
¿Sabes cuál es la parte más difícil de enamorarse?
Reconocerlo. Y después de reconocerlo aceptar que nunca más, nadie más te volverá a hacer sentir de este modo. Aceptar y entregar ese enamoramiento a esa primera persona. Entregárselo para siempre.
No importa cuántas lunas pasen, cuántos labios bese, cuántas manos tome al caminar, nunca podré olvidarte.

Nunca podré decir con certeza en qué momento me enamoré de ti, ni orientar a mis futuros amores de cuáles pasos deben seguir para enamorarme, nunca supe cuáles usaste tú. Tampoco podría definir qué es enamorarse a ciencia cierta, pero esto debe acercarse bastante; aquello de no prestar atención a lo más complicado de tu personalidad, a tu estilo de vida tan diferente al mío, a tus arranques de locura tan intensos y lejanos a mi gusto y darle más valor a lo bien que me sentía a tu lado, a la seguridad que ponías en mi y a la felicidad instantánea que me provocabas.
Sí eso no es amor, ¿qué fue entonces?
Daarlyn Perroni 🍃
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