09 noviembre, 2018

Un latido

La primera vez que te vi no podía imaginar que fueras real, escuché latir tu corazón y exististe. 

Miles de preguntas pasaban por mi mente:
¿cuál será su nombre? ¿En qué momento me dirá algo por primera vez? ¿Le gustará dormir tanto como a mi? ¿Encontrará pasión en la escritura?

No te conocía si quiera, pero bastó un latido para sentir un amor profundo, para querer saber cómo sonreías, si tendrías mal humor, qué se sentiría tenerte y nunca perderte. 

Las pocas personas que sabían de ti, impresionadas, siempre especularon que serías muy inteligente y que, seguramente, cargarías con muchas travesuras... me preguntaba si serías alto, si te practicarías algún deporte, si te gustaría estudiar, si serías doctor, periodista, arquitecto o ingeniero. Me pregunté tantas cosas en apenas 48 horas, me pregunté toda una vida en dos días. 



¿Y cuál sería tu dulce favorito? ¿Y el color que más te gustaría? ¿Qué mañas habrías heredado? Internamente te pedí perdón por mil cosas que aún no pasaban; por haberme dejado llevar por la presión y ceder ante dejarte ir, por el ser despreciable que elegí para ti, por no haber planeado mejor mi vida contigo.

Me preguntaba si sentías lo que estaba por pasar, si sabrías que te quería antes de hacerte a un lado, si tenías alguna sensación de miedo, todo me lo pregunté a mí misma, porque tú no podrías responder, porque no tenía a nadie más para preguntárselo. 

Es increíble todo lo que te hace pensar y preguntarte un latido... 
Bastó un latido y ya te amaba.

Daarlyn Perroni 🍃

12 septiembre, 2018

SIEMPRE NUESTRO

En los silencios incómodos de los minutos que corren, mientras llega el bus, siempre nuestro.

En las sonrisas compartidas por los chistes internos que nadie a nuestro alrededor entendería, siempre nuestro.

En los gustos musicales tan distintos, pero compartidos, en las letras que nos dedicamos con un “escucha esta canción”, siempre nuestro.

En las miradas intensas que nos damos, mientras cada uno habla de lo que le apasiona; la música, el arte, la poesía, la vida… Siempre nuestro.

En las conversaciones profundas, intensas, esas que no puedes tener con nadie más, siempre nuestro.


En los secretos que todavía compartimos; los besos a escondidas, en mis piernas enlazadas a tus caderas, en nuestros gemidos, siempre nuestro.

En los celos que ocultamos, que nos tragamos, siempre nuestro.

En las ganas de haber hecho las cosas distintas, en el deseo de haber tenido un final distinto, en la desesperación de los pocos días que nos quedan por compartir, en ti, en mi, siempre nuestro.

Detrás de mi “ninguna piel suplanta la tuya” y a espaldas de tu “no hay otra con la que pudiera compararte”, siempre nuestro.

Entregados al destino y dejando a su merced nuestro futuro, jurando que nos cruce de nuevo, menos torpes, más valientes, con las mismas ganas, ahí, en ese anhelo… Siempre nuestro.

Siempre nuestro es un deseo,
una promesa,
un secreto,
un grito,
un “mío”,
un “tuya”...

Estamos listos para soltarnos en tu partida pero, mientras llega el fatídico día, estamos listos también para seguir disfrutando el viaje que ha sido coincidir.

Me entrego a ti en un beso,
te entregas a mi en una suave caricia,
siempre tuya,
siempre mío,
siempre nuestro.

Daarlyn Perroni 🍃

30 agosto, 2018

Amor clandestino

El nuestro no era un amor clandestino como el resto,
no nace de una simple aventura donde predomina el deseo carnal,
nace del deseo de amar en tiempos en que nadie a nuestro alrededor podría entender el sentimiento, aquel que sigue existiendo aún con tantos en contra, 
aún con tantos miedos, aún más intenso.

En la clandestinidad volvimos a armarnos en besos, nos construimos en caricias silenciosas, para los adentros de las habitaciones de los hoteles más insospechables de la ciudad capital. 


Reinventamos la manera de amar, a escondidas de los terceros, creando excusas incrédulas para ahogar en mentiras a aquellos que curioseaban qué, cómo, cuándo y dónde.

Nuestro amor clandestino no raya en una aventura casual, no se limita a las embestidas salvajes sobre un colchón, no busca llenar vacíos existenciales de uno con el otro, nuestro amor clandestino era más amor que el que podrían experimentar las parejas a nuestro alrededor.

Nos ahogamos en risas, nos bañamos en besos, nos desentendimos de las consecuencias, nos deshicimos del resto.

Amar, sentir, vivir.

Lo llamamos clandestino porque nadie gozaba del privilegio de conocer el post de nuestra historia, lo que estábamos viviendo, lo plenos que nos estábamos sintiendo, nadie podía conocerlo, nadie iba a entenderlo.

Lo llamamos amor porque ¿qué era si no? Nos veíamos casi a diario y aún así, al final de la noche, nos entregábamos a un "te extraño", nos cuidamos, nos protegemos, nos consentimos, nos entendemos, nos, nos, nos... 

¿Era posible fundirse más el uno con el otro en una aventura que una relación? ¿Era posible?
El amor no entiende de imposibles, no entiende de lógicas, 
El amor entiende de sentires y se avoca en ellos.

Te amo, me amas, ¿qué importa cómo termina?

Perdón si a alguien lastimamos solo con sentir lo inentendible,
Perdón si hemos mutado su concepto banal de un amor clandestino,
Perdón por desear,
Perdón por ser,
Perdón por amar.

Daarlyn Perroni 🍃

08 agosto, 2018

Depresión

Abro los ojos, por fin, han pasado unas horas -espero-, reviso el reloj, ¡Solo han sido 5 jodidos minutos! ¿Hace cuánto me costó tanto dormirme más de 5 minutos?

Suelto el reloj, miro a mi alrededor, oscuridad, me digo a mí misma que es momento de levantarse... ¡Hay tantas cosas por hacer! Fracaso en el intento, me doy la vuelta, me tapo de pies a cabeza y me entrego a un insomnio vacío.

Doy vueltas, pienso en lo bueno, en lo malo, en lo incierto... Estoy deseando que pasen los días en un abrir y cerrar de ojos.
No pasan, pesan. 



Van días de "¿cómo estás?", días de "debes comer, debes estar bien" ¿Qué va a saber el mundo del "deber" que tengo?

Quiero levantarme, si quiera a mirarme al espejo, a ver qué tan acabada estoy, no encuentro fuerzas, me pesa el cuerpo, me pesan los brazos, me pesa la vida.
Me pesa de nuevo.

Miro a mi izquierda, ahí están, mirándome fijamente, aclaman que nos hagamos una, las tomo en mis manos, las veo, pongo música de fondo, me dejo ir en recuerdos y pienso en dejarme ir para descansar, ahora sí, profundamente.

No puedo. ¿Ahora qué pasa? Un mensaje sin sentido me saca de la psicofonía, siento mis pies sobre la tierra de nuevo. ¿Por qué ahora? Las guardo de nuevo y respiro.
¿Estoy respirando? Sí. Respiro.

Me tumbo de nuevo, me entrego a lo que siento, ¿cómo hago para dejarlo salir? 
Quiero que desaparezca en un abrazo, en un beso, en un "te amo", en un "no te dejaré sola", pero solo se funde en un eterno "ya no puedo más".

Tomo el reloj, ¿cuánto tiempo ha pasado? Tan solo 30 minutos. ¿Así de eternos se harán los días? ¿Así de inaguantables? ¿Así de inesperados?




Daarlyn Perroni 🍃

Nota: esta entrada es un grito de "STOP!" basta de querer minimizar la depresión, de pensar que se cura con un "¡Ànimate que la vida es hoy!", con enumerar las cosas positivas por las cuales deberíamos sentirnos agradecidos, con un "Si estás así es porque quieres." 

La depresión destruye, mientras nadie lo nota. La depresión no es la persona que llora, podría ser la que ríe a diario y, en la intimidad, vive sumergida en ansiedades, pensamientos ahogados y culpabilidades inciertas. 

La depresión es una enfermedad, no una tristeza pasajera; es, muchas veces, el dedo que tira el gatillo en la vida de otras personas. Mientras que, otras tantas, es el principio de un camino de reinvención y sanación individual de un renacer, de otra oportunidad.

La depresión es muchas cosas, pero no es insignificante.


27 julio, 2018

Pequeño mentiroso

Me mientes, sin piedad, sin compasión, sin siquiera un poco de tacto. 

Me mientes cuando dices que ya no sientes, mientes aún cuando gritas, con furia y determinación, tu despedida. Me has mentido desde el primer día y me estás mintiendo en el último. 

Mi pequeño mentiroso, pequeño por la ingenuidad que tienes al creer que nunca he podido saber cuándo mientes. Me mientes mirándome a la cara y yo finjo que te creo, siempre finjo. 

Desde un "estoy bien" hasta un "ya no más"
Desde aquella mirada con destellos de "hasta nunca", hasta aquel beso con sabor a un "te espero"

Mentiste en el momento en que juraste un "para siempre", pero te mentiste aún más al sentenciar un "nunca más". Tuviste la verdad entre tus manos y la dejaste desbordarse, gotear y secarse.

Mi pequeño mentiroso, ya no nos digamos más mentiras, este adiós merece más.

Me encerraste a mentiras y a verdades incompletas, mentiras cuando hablaste de irnos para siempre y solo buscaste saciar tus impulsos de ira. Mentiste para olvidar todo aquello que fue indeleble: mis besos, mi piel, mi tacto, mi sabor y a mí. 

Lo más irónico de todo esto, es que no me has mentido nunca a mí, yo siempre he sabido de qué vas y qué sientes, esta mentira final te la estás diciendo a ti. Repítela, hasta que te convenzas de que soy espinas y no rosa, que soy tormenta y no arcoiris, que soy final y no comienzo. 

Tus mentiras no son más que laberintos, para huir de la puerta de mi pasión. Un pacto y mil promesas de dejarme atrás, cariño, todos los caminos llevan a Roma, y este laberinto, solo te trajo devuelta. 


Pequeño mentiroso, has mentido incontables veces, desde lo más insignifcante, hasta lo más importante. Has mentido tanto, que no tienes permitido mentir en el último momento. 

Pequeño mentiroso, mientes al no lanzarte sobre mí y comerme. Mientes piadosamente en tus sentires, pequeño mentiroso, ven y ya no mientas.

Mientes para ocultar lo que eres, para no darle rienda suelta a lo que sientes, mientes para buscar respuestas de preguntas que ni siquiera te has formulado. Tus mentiras no me hieren, son tus mentiras, no las mías.

Mi pequeño mentiroso, no es necesario mentir para tapar el miedo, permítete sentir y hacer de lo que sientes tu única verdad. 


Daarlyn Perroni 🍃


17 julio, 2018

El triángulo amoroso de José

"La peor decisión es la indecisión" — Benjamin Franklin
José fue un muchacho inteligente, emocionalmente cariñoso, paciente y entregado, artista, poeta, músico, filósofo. ¿Se lee perfecto? Su único defecto fue la indecisión amorosa.

Conoció a Armenia y a Valentina casi al mismo tiempo. La primera, de piel morena, vacía de mente, pero llena de corazón. La segunda, de piel blanca, absolutamente llena de mente y aún más de corazón. Su primera decisión fue irse de lleno con el corazón de Armenia, durante el primer mes, se encontró con Valentina y ahí comenzó el dilema, justo ahí había quedado entre la espada y la pared. 

Su segunda decisión fue continuar el camino con Armenia y desterrar a Valentina al olvido, un olvido aparente, porque un año después, su tercera decisión marcó un hito en la historia de tres; se despidió de Armenia, para vivir el romance pendiente con Valentina. José nunca dejó de elegir a una por la otra, de sacarlas de su vida constantemente a una por la otra, de volverlas a meter en el camino a una por la otra. José vivía en indecisión y las hizo vivir en constante confusión. 


Fue un hombre estratega, se encargaba de decirle a Armenia los defectos de Valentina; que no podía entenderlo como ella lo hacía, que no sabía quererlo de la misma manera, que era muy fría, que estaba muy cuerda. Mientras que, a Valentina no paraba de decirle los defectos de Armenia; que estaba obsesionada con él, que jamás lo había superado, que botaba la baba por él y que ya no sabía cómo quitársela de encima. 

Resultó ser inteligente, porque ambas creían que la adversa era el dolor de cabeza de José y cada una se tomó muy en serio su papel de ser el remedio perfecto para ese malestar. José se aprovechó en la indecisión y en la intermitencia del amor que ambas mujeres sentían por él; sabía que no importa cuántas veces y de qué miserables maneras él las quisiera desterrar de su vida a una por la otra; cuando él reapareciera a buscarlas, la condescendencia y el amor que ambas sentían, lo harían dejarlo entrar, pasar, quedarse y seguir odiando al "dolor de cabeza" que representaba la otra.  

Este círculo vicioso nunca terminó, hasta que una de las dos decidió, por fin, romper con la regla, salirse de la relación y dejarlos ser dos que, a juzgar por las costumbres de José, seguramente volverían a ser tres en otro momento.

Esta es una de las tantas historias que existen acerca de José, esta es la primera, la más importante, el hito del resto de las narrativas que me faltan por escribir sobre él.

¿De quién es la culpa? ¿De ellas por no irse en el primer momento en que las echaron? ¿De él por no tener claro lo que quería, por ser indeciso, por no ser congruente? ¿A quién se le adjudica la responsabilidad de vivir en un triángulo amoroso?


Daarlyn Perroni 🍃

Nota: esta entrada narrativa se la dedico a Adriana, donde quiera que estés, sé que a veces me lees. 


01 julio, 2018

Nuevos comienzos

Siempre tuve miedo de los nuevos comienzos, de los cambios, de cerrar ciclos con personas importantes.

Pero no tenía idea que para cerrar ciclos y comenzar de nuevo, no necesariamente teníamos que sacar a las personas de nuestra vida. A veces, se puede volver a comenzar con la misma persona una, dos, tres veces... 

Hace unos segundos, minutos, días y semanas mi vida se reinició. Llegué al fondo de mi misma, me empujé al abismo, me enterré en la soledad, me deshice de pies a cabeza, me rompí en llanto, me construí en ira, me volví a destruir en nostalgia, me estoy rehaciendo nuevamente, en amor, amor por mi, amor por ti. 

Los nuevos comienzos, puedo definirlos hoy, como los amaneceres, como el mejor día soleado, luego de una gran tormenta. Puedo definirlos hoy como el impulso necesario para dar un alto a lo que lastima, soltarlo y volver a retomar lo que te hace feliz. Y que puedes encontrar ambas cosas en el mismo lugar, en la misma situación, en la misma persona.

Mi nuevo comienzo me ha permitido descubrirme y descubrirlo a él, saber lo que fui, lo que soy, lo que fue, lo que es, lo que somos ahora. 

Lo mejor de un nuevo comienzo es que no viene solo. Puedes tener un nuevo comienzo individual -el más importante, quizás- y un nuevo comienzo de la mano de alguien más. Una mano que te había soltado, una mano que pensaste no volver a tomar, pero así son los comienzos... Inesperados, indescriptibles, insospechados y abruptos. 
En la foto: Daarlyn Perroni
Fotógrafo: Josué Sabogal


El resto de las personas amarán tu nuevo comienzo, recibirás elogios de lo renovada que ahora es tu esencia, tus vibras y tus pensamientos, pero pocas personas reconocerán el esfuerzo que hay detrás de un nuevo comienzo; negación, desolación, destrucción, aceptación, ayuda, trabajo constante y determinación. ¿Cuántos vendrán a tu nuevo comienzo? ¿Cuántos estarán desde el final y para el nuevo inicio? 


Afortunadamente, un nuevo comienzo te permite esquivar los errores del pasado, no volver a pasar por ellos, actuar de una manera diferente, sentirte más pleno, vivir las mismas relaciones, los mismos momentos y sentimientos, desde otra perspectiva, una más amena y madura.

Hoy es 1 de julio del 2018. Un buen día para desear un buen inicio de mes, un nuevo comienzo, una buena vida, un buen amor, una buena amistad, unos buenos sentires y los mejores pensamientos; todo eso en una misma persona, todo eso con una misma persona. 

Hoy me declaro amante de los nuevos comienzos, de las segundas oportunidades, del "intentarlo una vez más", en todos lo sentidos posibles. 

Por este nuevo comienzo, por mi nuevo comienzo, por nuestro nuevo comienzo. 


Daarlyn Perroni 🍃

Nota: esta entrada va dedicada a todas las personas que me tendieron una mano antes de aceptar un nuevo comienzo. 

A una vieja amiga que volvió para darle sentido a las promesas del "siempre estaré"

A los nuevos amigos virtuales, que sin hacer contacto físico me abrazaron en la tormenta. 

A mis hermanos, que sin importar los miles de kilómetros de distancia, me estaban esperando en la cima del abismo.

A él, por volver, por estar, por arriesgarse de nuevo conmigo.

A mi misma, por mi voluntad, por mi mejor esfuerzo, por mi nuevo comienzo.

23 marzo, 2018

Mujeres arrechas y hombres confusos

De tren en tren he visto a las parejas pasar y, más que aprovechar el amor, solo veo mujeres arrechas y hombres confusos. 

Mujeres arrechas porque él no notó el nuevo corte de cabello.
Hombres confusos porque ella no apreció aquel cumplido de lo linda que estaba esa tarde.
Mujeres arrechas porque él volteó a ver a otra en la calle.
Hombres confusos porque ella no entiende que, por más que él compare, nadie consigue ser más atractiva para él. 
Mujeres arrechas porque él no le llevó flores aquel 14 de febrero. 
Hombres confusos porque, aunque le regaló chocolates, poemas y besos, ella pareció no darles mucha importancia. 

La mujer nació con el gen de arrecharse por todo, dicen los hombres.
Los hombres nunca prestan atención a lo que realmente queremos, son todos igualitos, dicen las mujeres. 

¿De quién es la culpa? ¿Quién tiene la razón? ¿Influirá el hecho de que unas somos de Venus y otros de Marte? Tal vez todos seamos esclavos del conflicto humano, aquel que hereda al nacer: hacer de lo sencillo, lo más complicado. 

Que por qué no me escribiste ayer, reclaman ellas.
Me dijiste que te diera tu espacio, explican ellos.
Que lo más lógico era que, aunque te lo pedí, me escribieras, sentencian ellas.

Mujeres arrechas porque no llegaron juntos al clímax y, además, él no dijo "te amo" al acabar.
Hombres confusos porque además de centrarse en satisfacerlas primero, no escuchan un "qué rico, me encantó" después de llevarlas a la cumbre.

Mujeres arrechas porque los hombres no hacen lo que ellas le piden que no hagan, pero en el fondo SÍ quieren que hagan. 
Hombres confusos porque su comportamiento se centra en lo más básico, no hay lugar para acertijos. 

¿Por qué a los seres humanos nos cuesta tanto comunicarnos? Si pudiéramos decir: quiero esto, aquello no me gusta, esperaba que hicieras lo otro... El mundo estaría más lleno de parejas satisfechas y felices, y no tanto de mujeres arrechas y hombres confusos.

Entre tanto caos, me alegra no ser tan arrecha y tener a un hombre no tan confuso. ¿Cuántos pudieran celebrar estos casos excepcionales? 

Menos mujeres arrechas,
menos hombres confusos,
más amor,
más sexo.

Daarlyn Perroni 🍃


P.D. para extranjeros: "Arrechas" es igual a "Molestas"

04 marzo, 2018

Átame

"Átame" es lo mismo que decir "te quiero", dijo Pedro Almodóvar sobre una de sus películas.

Amado, átame, pero dejándome libre... 
Átame pero no lo hagas con una cuerda, porque puede desprenderse. Átame con tu querer, desde adentro, con las entrañas. 
Hazlo, mi amor, átame a tu ser y esclavisame al sentir. Entrégate entero, puro, sincero, sin un tercero interfiriendo. 
Amárrame a tu lujuria, al dolor que conlleva amar y a la felicidad suprema que se saborea en la comisura de tus labios, cuando me tientas a caer al borde de cada beso.
Átame a la confianza, desligame de las mentiras, tortúrame con caricias. 
Átame, pero al tiempo que sueltas aquello que aprisiona mis dudas, las tuyas, las nuestras. Átame a lo bueno, aléjanos del abismo. 

¿Quién definió a las ataduras como algo negativo? ¿Quién dijo que atarte no te puede liberar? 

Ánclame a tu pensamiento; en tus viajes, en tu insomnio, en las disyuntivas mentales y en tus huellas. Que no zarpe nunca tu barco sin mí, que no desiertes esta isla en la que solo habitas tú, que no abras paso al dolor.
Átate a mi y no a lo que nos separa. Suelta, de una maldita vez, todo lo que nos desata.
Átame, consúmeme, bésame, entrégate, ámame.
Átame y no me sueltes.
Enlaza nuestras almas, como se han enlazado mis piernas a tus caderas: fuerte, al unísono y determinantes. Envuélveme en tus sentimientos, así como se envuelven tu piel y la mía: que con el simple roce, se conducen a un sinfín de sensaciones.
Afianza nuestro amor como el vaivén de nuestras caderas: con contundencia, lento y sin parar.
Amado, átame y no me inmovilices en ninguna curva del camino. Átame y no porque te lo pido, átame porque lo quieras, porque me quieras, porque nos queramos.

Átame y olvídate del significado opresivo y socialmente aceptado de ese verbo. Átame, desde tus entrañas, desde estas palabras, átame desde el sentimiento.

Átame ahora y no me aprisiones nunca.

Daarlyn Perroni 🍃


Nota: Dedicada a un gran amor y a su incapacidad de vislumbrar aquello que desata, aunque, al mismo tiempo, a su enorme entereza para atarme, sin quererlo, de a momentos, a nosotros, a ese amor.

01 febrero, 2018

“La motivación que siempre he tenido para hacer todo es enorgullecer a mis padres”




Navid Cabrera nació en Maiquetía, estado Vargas, aunque fue criada en una montaña, en Carayaca. Pasó de compartir con la tranquilidad de la naturaleza y sus 14 lobos siberianos, a estudiar en una caótica ciudad como Caracas

Por Daarlyn Perroni

Estudió Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela, por su pasión a la escritura, y desarrolló profesionalmente sus otras pasiones, convirtiéndose en diseñadora e ilustradora y actriz de doblaje para canales internacionales como Cartoon Network y Nat Geo Kids.

Navid siempre supo del amor que sentía por la escritura, el diseño y el doblaje, pero nunca imaginó que podía encontrar un camino donde pudiera ejercer las 3 plenamente.

La cita tuvo lugar en la que fue su casa de estudios, la Universidad Central de Venezuela, Navid llegó puntual, estaba esperando sentada en la planta baja de la Escuela de Comunicación Social, traía un nuevo corte, su cabello, ahora rojizo, dejó de llegarle hasta la parte baja de la espalda, para adornarse en su cuello. No era fácil identificarla, parecía una joven estudiante más del montón.

El escenario más común fue el de ir por café en la Escuela de Estadística, donde el señor Alfredo, quien era casi un icono de la universidad por brindar siempre el café más delicioso… Navid saludó a Alfredo con entusiasmo, todavía conservaba su esencia de estudiante, todavía era parte de esta casa.

—¿Por qué tus padres decidieron mudarse de Maiquetía a Carayaca cuando tenías 4 años?
Mi familia se mudó a Carayaca, porque soy asmática y en Maiquetía todo es muy chiquito y caluroso, entonces, a mis padres se les ocurrió la brillante idea de irse a la montaña.

—¿Cómo fue tu infancia? ¿Hay algún momento bueno o uno malo que puedas recordar?
Diría que mi infancia fue como una montaña; donde hace frío y hay neblina todo el tiempo. En mi casa habían 14 lobos siberianos, tú podías decirle a un taxi: “llévame a la casa de los lobos” y te llevaban a mi casa. Mi papá trabaja en Macuto, entonces, él se iba de madrugada, todo el día, hasta la noche, así que estábamos todo el día con mi mamá, y mi ella siempre fue un poco nerviosa, entonces, no nos dejaba salir. Nosotros no jugábamos nada, ni con los vecinos, sino con los perritos… Mi infancia fue que mi hermano jugaba videojuegos todo el tiempo, mientras yo intentaba jugar… “David, préstame…” y él me contestaba “sí, siéntate ahí y cuando yo termine tú juegas” eso significaba estar todo el día sentada al lado de él, sin hacer nada. Cuando me cansaba de hacer eso, me ponía a dibujar… Mi casa tiene una parcela, que es donde estaban los lobos, y yo me la pasaba recorriéndola toda, dibujando cosas que veía, hablando sola o inventándome cosas…


“También recuerdo mucho a mi abuelo, el papá de mi mamá, porque él era poeta y era un inventor; cualquier cosa, él la solucionaba con inventos raros, así cual comiquita. Entonces, cuando él iba a mi casa, siempre me sentaba en sus piernas y me leía todo lo que él escribía, ahí me gustó bastante la escritura, escribía cuentos también. Él me acompañaba a explorar toda la parcela, leíamos cuentos y comíamos mandarinas y naranjas. Cuando iba a quedarme a su casa, en vacaciones, él tenía un taller y estaba ahí todo el día inventando cosas, mientras yo estaba ahí todo el día también, viéndolo inventar cosas. Es lo más bonito que yo recuerdo de mi infancia.

“Lo más feo de mi infancia, creo que es lo más feo de cualquier infancia de niños así, fue cuando mis padres se separaron. Yo tenía 11 años en ese entonces, soy la hermana del medio, somos 3: David, Navid y Naivid ¿qué tal la creatividad de mi mamá? –ríe- Mi hermanita nació cuando yo tenía 9 y mi hermano es 3 años mayor que yo. Entonces, cuando mis papás se divorciaron, mi hermanita era muy chiquita y mi hermano era un adolescente puberto en etapa de rebeldía, yo sentía la necesidad de darle un ejemplo a mi hermanita chiquitica y de mantener la calma por mi hermano mayor. Siempre he sido la mediadora, ¡es horrible! –ríe- 

—¿Emocionalmente te afectó mucho esa separación?
Más o menos, yo me mantenía tranquila, pero tuve actitudes que hasta ahora me doy cuenta que las tenía. Por ejemplo, yo iba al liceo y mi papá iba a visitarnos los lunes y martes, entonces, apenas terminaba las clases, me iba corriendo, porque me daba miedo llegar tarde y que ya mi papá no estuviera ahí. Si se me quedaba el teléfono, yo me regresaba llorando, porque mi papá me podía llamar en cualquier momento, aunque no me llamaba.

—¿Tenías miedo de que tu papá te olvidara?
Sí, era como un… “Papá, no me estoy olvidando de ti, estoy pendiente de ti y estoy en mi casa, por si vienes” A veces, pasaba que no iba. También me molestaba y me hacía sentir muy mal, cuando mi papá nos sacaba a pasear y llevaba a su mujer, eso para mí fue chocante, porque mi papá, en vez de darle la mano a mi hermanita de 4 años, se la daba su mujer, mientras caminaban delante de nosotras, entonces, yo me sentía la mamá de mi hermanita. O sea, no fui una niña que estuviera de un lado para otro, corriendo y jugando, sino que estaba muy pendiente de mi hermana.

—Actualmente, ¿cómo es la relación con tus padres?
Actualmente… Es complicado. Yo siento que soy su mamá, más de mi mamá... De hecho, al punto de que si pasa algo en mi casa y yo estoy aquí, ella me llama para resolver. A mí no me molesta, pero siento que tengo una responsabilidad con ellos, al punto de que no me quiero ir del país por eso, no puedo. Tengo que llevármelos conmigo, porque siento que si me voy, ellos van a correr en círculos y chocar contra algo. Mi papá si es otra cosa, porque mi papá está todo frustrado por el país, entonces intento calmarlo, pero no me quiere dar sus preocupaciones.

—¿Cuándo decidiste que querías dedicarte a ser comunicadora social?
Cuando yo terminé el liceo, yo no sabía qué carrizos hacer con mi vida, porque cuando yo era pequeña, lo único que decía era: “cuando sea grande, quiero ayudar a la gente” esa era mi pista, entonces, cuando me tocó poner mis opciones en OPSU, no sabía qué hacer… Mi papá quería que yo fuera militar y mi mamá que fuera doctora. Pero era asmática y me daba grima la sangre y las heridas. Buscamos en un libro sobre las carreras y mi mamá encontró Comunicación Social, así que me dijo: “mira, Navid, aquí hay fotografía, a ti te gusta y escriben” y yo: “¡Sí! Está bien” ...Y mi mamá continuaba: “y hacen cine…” y yo: “ajá, ¡escriben!” Mi meta era escribir, a mi me encanta la literatura. Yo incluso busqué el significado de mi nombre y dije: “mi nombre me tiene que decir qué tengo que elegir”-ríe-  ¿te estás dando cuenta que estoy un poco chiflada, verdad? Navid, es un nombre de hombre y significa “buenas noticias” y, mi segundo nombre, Alexandra, significa: “ayudante de la humanidad” así que pensé: “bien, buenas noticias que ayudan a la humanidad… ¡Periodismo!” Y esa fue la que quedó.

—¿Hay alguien o algo que te haya servido de inspiración para elegir una de tus 3 pasiones?
Mi familia, por parte de mamá, es muy creativa… Mi abuelo era poeta, dibujaba y pintaba; mi mamá pinta y hace manualidades de todo tipo de hermanos y crecí viéndola a ella hacer cosas; y, mi hermano también dibuja. Yo me sentía como que no escribo lo suficientemente bien, ni dibujo lo suficientemente bien, pero igual voy a hacer las dos cosas. Era como un reto para mí, yo pensé: “está bien, no lo hago lo suficientemente bien, pero si lo dejo, tampoco lo voy a hacer suficientemente bien nunca, entonces, tengo que hacerlo” yo soy muy exigente conmigo y muy perfeccionista. Todavía siento que me falta muchísimo…

—¿Cuál es tu mayor sueño, el más ambicioso?
Es que tengo muchos…

Auto-ilustración hecha por Navid Cabrera.
—Nómbrame 3…
Bueno, yo quiero hacer animación; un cortometraje, pequeños comics, hacer ilustraciones o ilustrar un libro infantil, me encantaría tener una tiendita virtual en la que venda mis ilustraciones, estoy trabajando en eso. Otro sueño, en el área de Comunicación Social, es escribir semblanzas, porque hay tantas historias que contar y que la gente no les presta atención, pero yo siento que si lo escribes bonito, a la gente le va a gustar más. Es como un encanto, un hechizo que tienen las semblanzas, que tú crees que es un cuento, pero es algo que pasó de verdad, eso me gusta: jugar entre lo real y lo imaginario. Y, otro sueño, es estudiar muchas cosas… Quiero estudiar diseño, animación 2D y 3D, quiero estudiar diseño de modas, quiero aprender a coser, me gusta diseñar ropa. Tengo un problema, yo siento que si no tengo un solo sueño grande, como los demás, voy a trabajar de poquito en poquito en los demás y nunca alcanzaré que ninguno sea grande. Eso me frustra a veces, pero tampoco me he parado, porque entonces, así tampoco lo voy a lograr.

—En este sentido, todos tenemos grandes sueños, pero también miedos, ¿Cuál es el tuyo?
También tengo varios –ríe- tengo un miedo constante a defraudar a las personas y a defraudarme a mí misma. Creo que por eso soy tan perfeccionista, es como que todo tiene que estar bien o voy a herir a alguien… Ese es otro miedo también, herir a alguien, me pasa mucho que no me doy cuenta de cosas, porque debo ser muy lela o algo, pero creo que soy socialmente torpe, porque no capto el doble sentido o las indirectas. Entonces, termino lastimando a una persona, porque ella cree que me di cuenta de lo que me dice, pero no lo hago.

“Tengo un miedo terrible a quedarme ciega, es un miedo real y horrible. Mi vista era buena, ya no, eso no quiere decir que me vaya a quedar ciega, pero, por ejemplo, cuando yo apago la luz en mi cuarto, no veo por un ojo y a mí me da terror. Además, me imagino ciega siempre… Lo visual a mi me mata, si yo voy caminando y caen hojitas de los árboles yo me detengo, porque necesito ver eso. Entonces, necesito mis ojos para dibujar, para hacer doblajes y para escribir, para todo. Le tengo terror a esto.

—¿Cuál es tu mayor motivación en la vida?
Una motivación que siempre he tenido para hacer todo es enorgullecer a mis padres, siempre. Siempre que trabajo es para eso. No importa si me estoy matando en el camino, pero cuando yo escucho a mi mamá diciendo: “¡Ay, mi niña” ya yo estoy “¡valió la pena!” y, bueno, mi papá me dará una palmadita así –se autogolpea, suavemente, sobre el hombro, mientras sus ojos se llenan de lágrimas- mira… Ya voy a llorar.

—¿Tú papá no es muy expresivo contigo?
Sí, pero no tanto, porque mi papá no es tan cariñoso, tampoco es tan serio… Pero es que tampoco lo veo mucho. Yo me pego a él como una sanguijuela, cuando lo veo, no me suelto.

—¿Qué esperas de la vida?
No sé qué espero de la vida, porque, a veces, tengo la impresión de que la vida se va acabar y yo no voy a poder hacer nada, y eso me frustra, entonces, quiero hacerlo todo el mismo día. Lo que espero de la vida es que me dé tiempo de hacer lo que quiero hacer. Hay otros momentos, cuando ya estoy haciendo las cosas que quiero hacer, en mi momento feliz, lo que espero de la vida es que sigan más momentos así como esos.

—¿Alguna vez has sentido miedo o duda de algún aspecto de tu vida?
Tengo mis momentos en que me deprimo y siento que nada funciona, pero creo que esos son momentos que necesitamos para drenar. Yo siempre sentí que no encajaba en ninguna parte, luego, cuando empecé a encontrar cosas que me gustaban, como la carrera, empecé a encajar mi rompecabezas con cositas y, cuando encontré el doblaje fue cuando encontré el punto máximo. No tuve que hacer mayor esfuerzo para encajar. Entonces, decidí comenzar a ser feliz.

—¿Por qué cosas te gustaría que te recordara la gente?
Pasa en el doblaje, y en el periodismo también, que hay gente que lo que quiere es fama. Yo no quiero fama, de hecho, siempre me preguntan por qué no soy actriz, pero no me gusta, yo prefiero ser anónima. Me gusta que la gente escuche mi voz y diga “¡Ay! Me gusta como suena, pero no sé quién es” y yo estar al lado de ellos. Yo quisiera que la gente me recordara por lo que compartí con ellos, por los recuerdos que hicimos juntos… Es como cuidar una plantita; yo estoy compartiendo ahorita contigo y siento que se sembró una semilla, en una maceta y que, mientras yo hable más contigo y tengamos más momentos así, ella va a crecer. Tú le pones y yo le pongo. Al final, nos va a quedar un árbol bonito, entonces, a mi me gustaría que el árbol que planté con cada persona esté floreciendo para cuando ya yo no esté. Mi meta es florecerlos a todos para cuando yo ya no esté.

Ha pasado una hora, el vaso de café está vacío y se ha convertido en el centro de entretenimiento de las manos inquietas de Navid, ella no ha parado de hablar y reír, ni un segundo, así es ella. Se despide sonriente, hasta el próximo café.


29 enero, 2018

“Mi mayor miedo no es fracasar, es no intentarlo”



Nael Bermúdez nació en Puerto Ordaz, pero vive en Caracas desde que era un apenas un niño, es un joven, de 23 años, integrante de Guanábana y Ron, trabaja como asistente jurídico, pero su vocación es la música. Nael ha apostado todo por la música y por su sueño de llegar a hacer con ella algo extraordinario alrededor del mundo

Por Daarlyn Perroni

Llegué al lugar pautado con Nael, como siempre, él llegó antes y estaba tocando su guitarra, no hay momento en que no esté tocando, cantando, tarareando u oyendo música. Chacaíto se convirtió en otro escenario para él, donde tocara cualquier canción, las personas siempre se detenían a admirarlo. 

"La música es lo único que yo antepongo sobre todas las cosas en mi horario cotidiano, claro, no por encima de mi familia, pero digamos que es en lo único que pienso"

—Me hablaste de la música y de que eres asistente jurídico, ¿no estudias?
Por ahora no, porque el año pasado me hice una operación en la nariz y gasté mucho dinero en medicinas, así que no pude pagar el semestre… Tengo pausados los estudios, porque el proyecto de la música requiere bastante tiempo cuando te lo tomas de manera profesional, por eso aún no los he retomado, pero me faltan solo 3 semestres para terminar la carrera…

—¿Se puede decir que en este momento la música es mucho más importante que retomar tus estudios?
Sí.

—¿Y desde hace cuánto te interesa la música?
Bueno, desde los 12 años, pero realmente desde hace 2 años he tenido un interés profesional, es que he tomado como prioridad a la música…

—¿Qué instrumentos tocas?
Bueno, toco la guitarra, el cuatro ahí más o menos -sonríe-, soy el vocalista del grupo y el compositor.

—¿Y alguna vez estudiaste formalmente la música o fuiste más autodidacta?
He sido empírico, más que todo empírico. Al principio, fue mi tío quien me enseñó los primeros acordes, después, llegaron personas a mi vida que me fueron enseñando de poquito en poquito… Lo demás lo tuve que recorrer yo solo.

—Quisiera que me hablaras un poquito sobre Guanábana y Ron, ¿cómo nació este proyecto y qué significa para ti en tu camino de la música? 

Guanábana y Ron nace la noche del 14 de diciembre del 2015, yo tengo un compañero, uno de los primeros integrantes, Luis Pérez, le decimos Lucho, que no bebe, sino que toma refresco… Entonces, esa noche se bebió todo el refresco y un amigo de nosotros saca un tang de guanábana  y nos dice: “bueno, vamos a mezclar este tang con agua, vamos a echarle pierna y se lo echamos al ron…”  Al final de la noche, nadie quería tomárselo. El nombre nace después, lo más significativo de Guanábana y Ron es que era lo que yo estaba tomando cuando conocí a los integrantes. ¿Lo que significa la banda para mí? Mira, quisiera decir que es un proyecto de vida, pero también, como nunca es lo que esperamos, tal vez mi proyecto de vida sea el trampolín para mi siguiente proyecto musical o, tal vez, sea la definición del siguiente camino que estoy por tomar, algo que ni siquiera yo sé, por eso digo que es un proyecto de vida…


—¿Siempre has recibido apoyo de tu familia y allegados? ¿Alguna vez han dejado de creer en el camino que elegiste?
Bueno… Parte y parte. Quienes me han apoyado más han sido mi abuela, mi mamá y dos tías, más que todo las mujeres. De resto, no ha ido un apoyo, sino que “bueno, si lo haces, bien, si no, bueno…” Si he recibido apoyo, pero más que todo de la calle, porque a través del camino que elegí han venido maestros que me enseñan cosas… Más que todo gente de la calle y amistades que han llegado a fortalecer el camino que he llevado.

—¿Cuál es tu mayor sueño, el más ambicioso?
Es llegar a Viña del Mar, como músico, donde se montan los más sagrados… Obviamente, Viña del Mar no es el paso final, porque hay escenarios mucho más glamurosos, pero en Viña del mar yo he visto a los artistas sagrados, más que un sueño, lo veo como una meta y espero un día llegar, y si no, acercarme al cometido.

—¿Y tienes algún plan para llegar a ese sueño?
Al principio había un plan, pero cuando tienes un plan, depende del camino que elijas, se va destruyendo… Entonces, el plan que yo tenía especificado, resulta que no era ni el principio del camino que estábamos tomando, porque llegan personas que destruyen lo que tú sabías y, luego, resulta que no sabes nada… Tienes que volver a armar otro plan, en base a lo que te enseña esa persona que llega. Entonces, definitivamente, igual que en la vida, no existe un plan. Yo digo que cuando pasa la oportunidad, ¡agárrala! Y cuando agarras esa oportunidad es que cuando te impulsas poco a poco. No hay un plan establecido, lo que hay es disciplina y constancia. Sin constancia, no importa el plan que tengas, va a destruirse más rápido, si tienes disciplina tu sueño puede llegar a otro lugar o impulsarse hacia lo que estás planeando…

—En este sentido, como todos tenemos un gran sueño, también tenemos un gran miedo, ¿cuál es tu mayor miedo como músico y como persona?
Como músico y como persona tengo el mismo miedo: no lograr lo que me propongo. Yo siempre hablo de los sueños, pero mi peor miedo es no ser capaz de hacerlo. Realmente, mi miedo no es fracasar, es no intentarlo.

—¿Y qué te motivó a apostar todo por la música?
Fueron tres factores. El primero es que toda persona siempre conoce a alguien que tuvo un sueño y no lo logró y, casualmente, es parecido a lo que tú querías. Así que tú te imaginas, en un futuro, si eso es realmente lo que quieres, verte así… Aunque yo falle, quiero decir que lo intenté. El segundo, fue que cierto familiar mío un día me dijo que llevaba su vocación en las venas y que yo también llevaba esa vocación, pero lo que realmente iba en mis venas era la música y no otra cosa. Lo último sería que quiero llegar a triunfar y decirle a todos que los sueños sí se pueden lograr.

—Me gustaría saber ¿qué quieres lograr con la música? Y no me refiero a tú como artista, llegar a Viña del Mar, sino ¿qué quieres causar con la música? ¿por qué quieres que el mundo recuerde tu música?
Tengo dos objetivos, primero, como cualquier músico, que mis composiciones lleguen a cualquier rincón del mundo, pero el fin de Guanábana y Ron, por mi parte, es ser alguien común haciendo lo extraordinario, que sea un grupo que vino de un lugar común, haciendo lo extraordinario en todas partes. Como la película de Ratatouille, en la que cualquiera puede cocinar, bueno, cualquiera puede formar una banda, como dijo el personaje: no cualquiera se convierte en un gran artista, pero un artista puede provenir de cualquier parte, parafraseándolo un poco. A eso me refiero. 

—Qué increíble… Gracias por este tiempo, Nael.
Gracias a ti, por cierto, si montas esta entrevista en tu blog, me pasas el link, para compartirlo en las redes sociales de la banda.

6 de la tarde y ahí va Nael, desapareciendo de a poco entre la multitud caraqueña, hacia el subterráneo, con su guitarra en la espalda y la enorme sonrisa que lo caracteriza.


Nota: Aquí les dejo el primer sencillo promocional de Guanábana y Ron, de su primer álbum,  "Embriagando sentidos" Apoyemos el talento venezolano.